Etiqueta Estado de México

México: parte II

En Metepec, Estado de México, nos recibe Guillermo y Janelle (él mexicano, ella estadounidense) junto con sus dos hijos pequeños. Luego de un par de días disfrutando de la compañía y de estar nuevamente bajo un techo decidimos ir a la capital para hacer un poco de turismo más convencional. Abusando de la confianza que nos entregan nuestros anfitriones, les dejamos nuestras pertenencias y partimos al DF en bus por un par de días. La idea de pedalear hacia y dentro de esta megaciudad nos asusta un poquito. Aunque un miedo poco fundado quizás.

Con la familia Bernaldez Current (Guillermo, Janelle, Anita y Memito) en Metepec.

Con la familia Bernáldez Current (Guillermo, Janelle, Anita y Memito) en Metepec.

El la capital nos recibe Mónica, mexicana a quien hospede por Couchsurfing en Concepción allá por  febrero del 2013, ahora es momento de pedir el favor de vuelta. La buena onda del reencuentro es inmediata y a pesar de que debe viajar a Puebla nos deja su departamento para estar un par de días. Aprovechamos este tiempo para recorrer algunos puntos míticos dentro de la capital: los murales de la UNAM, el Zócalo, los murales del Palacio Nacional y, obviamente, las ruinas de Teotihuacán. Con esta última visita nuestra estadía en el DF llega a su fin y retornamos a Metepec.

Mural...

Parte de los numerosos murales adentro del Palacio Nacional, pintados por nadie menos que Diego Rivera. Nada de raro que el artista se encuentra en el billete de 500 pesos (Sorry por la baja calidad, pero no se debe usar flash).

It's something!- Encontramos la entrada al museo Diego Rivera muy cara, pero he aqui una réplica al mural "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central".

Encontramos la entrada al museo Diego Rivera muy cara, pero he aqui una réplica al mural «Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central». It’s something!

Tarde dominical en la UNAM y sus magnificos murales al aire libre. murales son

Tarde dominical en la UNAM y sus magníficos murales al aire libre.

----

Pa’ que crean que si fuimos a Teotihuacán 😀

Con Mónica a punto de disfrutar nuestra ultima comida juntos en el DF.

Partimos el 19 de junio a Morelia para luego seguir a Guadalajara. Sabiendo de la cantidad de gente que vive en esta parte de México pensábamos que no podría ser tan sublime de observar como otras áreas menos pobladas, pero nos llevamos varias sorpresas: los caminos bordean varios bosques de pinos, cerros y lagos. Tuvimos mucha suerte con el tiempo, en todo el trayecto solo 2 o 3 tormentas pero suficientemente tarde para nosotros, así que alcanzamos a poner las carpa antes de la lluvia en todas las ocasiones. Encontrar un lugar para acampar no siempre fue fácil, pero siempre encontramos aunque sea un rinconcito escondido para instalarnos.

Camino a Ciudad Hidalgo, ruta 15.

Camino a Ciudad Hidalgo, ruta 15.

Además de los paisajes otra sorpresa nos llegó, pero con forma humana. Al pedalear por la calle principal de Ciudad Hidalgo, Estado de Michoacán, cuando un automovilista nos busca conversación. Luego de mis dudas iniciales (lo usual con gente desconocida), Sylvain me convence con un gesto de darle una oportunidad al hombre. Resulto ser un motociclista con mucha experiencia hospedando viajeros. Jaime es su nombre y su generosidad no tiene limites: nos alimenta, nos invita a su cumpleaños, nos presenta a su grupo motoquero “Profanadores del asfalto” y nos deja dormir en una habitación habilitada para huéspedes. Como reyes.

----

Con Jaime, en Ciudad Hidalgo, Michoacán.

Con guatita y corazón llenos el 22 de junio seguimos a Morelia, por el camino de Mil Cumbres. A pesar del nombre el camino tiene un ascenso progresivo para luego bajar (casi en su totalidad) hasta la capital michoacana, y pasa a través de bosques que mezclan coníferas y otras variedades arbóreas. Una de mis partes favoritas, hasta ahora, en México.

--

En los bosques de Mil Cumbres, Michoacán.

En Mil Cumbres, Michoacán.

En un mirador del camino Mil Cumbres, Michoacán.

--

Pueblos mágicos.

En Morelia nos abre las puertas de su hogar Daniela, hermana de Mónica, y Ernesto, su pareja. Con ellos nos preparamos para mirar la final de la Copa América Centenario. Nuevamente Argentina y Chile se enfrentan. Nuevamente Chile gana.

Daniela y Ernesto. Anfitriones en Morelia.

Daniela y Ernesto, anfitriones en Morelia.

Seguimos nuestro camino el día siguiente por la ruta 15, bordeando parte del lago Pátzcuaro. Camino tranquilo en general, con una nueva parada que nos espera: la Casa de Ciclista de Zamora, a cargo de Rosendo.

Parte del lago Pátzcuaro, Michoacán.

Parte del lago Pátzcuaro, Michoacán.

Con Rosendo, dueño de la Casa de Ciclistas en Zamora.

Con Rosendo, dueño de la Casa de Ciclistas en Zamora y gran activista pro-ciclismo urbano de la ciudad.

El viaje no para por mucho tiempo y el 30 de junio marchamos a Guadalajara, transitando por la ribera sur del lago Chapala. Lo bueno es que este tramo lo realizamos en solo 3 días, y digo bueno porque acampar fue bastante más complicado. Parece que todos quieren vivir cerca del lago y no me extraña.

En Tizapán El Alto, pueblo al costado sur del Lago Chapala, Jalisco.

En Tizapán El Alto, pueblo al costado sur del Lago Chapala, Jalisco.

Atardecer en el Lago Chapala. Próximo destino: Guadalajara.

Atardecer en el Lago Chapala. Próximo destino: Guadalajara.

Arribamos a tierras tapatías el sábado 2 de julio: primero en la Casa de Ciclistas y luego a la casa de Luciano, miembro de Warmshowers. En total estuvimos 11 días. Esto podría parecer demasiado, pero entre la búsqueda del eje motor para Sylvain, el arreglo de sus pantalones y la espera del resultado de mi PAP el tiempo paso volando. También aprovechamos de ver otra final futbolistica, pero esta vez de la Eurocopa 2016. Luciano nos agasajo con comida ese día en el restaurant donde trabaja, pero a pesar de la sabrosa pizza que compartimos la derrota de Francia como anfitrión deja un saborcito amargo, sobre todo para Sylvain.

Gracias por la paciencia, Luciano!

¡Gracias por la paciencia, Luciano!

Por fortuna, no todo en la vida es fútbol, y a los pocos días seguimos a Mazatlán, tomando la autopista 15 D. La decisión de tomar la vía rápida, en vez de la antigua carretera, me costaría caro en el ego: al salir de Guadalajara (primer día), vamos descendiendo por la berma de esta vía y me sorprende un bus que “succiona” el aire de mi costado, haciéndome perder el control de mi cleta (creo que muchos ciclistas saben a lo que me refiero). Caigo a toda velocidad en el asfalto. Dichosamente no salgo con mayores heridas que moretones y raspadas en ambas rodillas (aunque el dolor me duro varios días), y el temor de seguir compartiendo camino con vehículos que me podrían volver a hacer lo mismo. El dolor no se me hace tan intenso y tomo la decisión de seguir. Vale decir que me pase frenando en todo descenso cuando veía por mi espejo retrovisor un bus o camión.

Poblado de Tequila (si, lo fabrican tambien allí).

Poblado de Tequila (si, lo fabrican tambien allí).

Volcán Tequila y plantaciones de Agave, Jalisco.

Volcán Tequila y plantaciones de Agave, Jalisco.

Color y verdor.

Color y verdor.

En general la ruta 15 D, entre Guadalajara y Mazatlán, fue dificultosa para acampar y poco entretenida de realizar. No es de extrañar que al ser una carretera de alta velocidad que la mayoría de sus margenes se encuentren cercados. Doy un ejemplo claro en el poblado de Jala, donde no encontramos una respuesta positiva de los lugareños al preguntar sobre un lugar para refugiarnos. Como conclusión, nos dirigimos a las afueras de este pueblo y acampamos adentro de una casa abandonada al lado de la carretera, donde entrada la noche aparecieron dos cachorros vagos con quienes compartimos el techo.

De repente irrumpes lindos paisajes.

No todo esta perdido. Dentro del tedio de esta ruta, también irrumpen lindos paisajes.

Al menos la ruta 15 tiene una berma en buen estado.

Además puedo decir que al menos tiene una berma en buen estado.

Otro punto negro de este trayecto fue una fuerte tormenta que nos sorprende un poco antes de llegar a Tepic. Ni estar bajo un pasonivel nos salvo del aguacero y quedamos hasta con el espíritu mojado.

A la salida norte de Tepic comienza el descenso a la zona tropical de este lado de México, por la influencia del Golfo de California. El calor húmedo y los bichos se nos hacen insoportables, pero logramos pasar solo dos noches acampando en esta zona. El viento desde el norte tampoco nos facilito esta parte.

La contienda llega a su fin y el 19 de julio cerca de las 11 de la noche logramos llegar a casa de Israel, anfitrión por Couchsurfing, en Mazatlán. Este fue definitivamente uno de los días más intensos de nuestro viaje: tuvimos que cortar un alambre de púas que nos limitaba al camino más corto hacia su casa desde la autopista, lidiar con varios pinchazos en la oscuridad y alumbrar el camino con una mini linterna, la única a mano. Una jornada que no quedará dentro de los más gloriosas de nuestro viaje. Al día siguiente, ya descansados, comenzamos la planificación del viaje en ferry a La Paz, Baja California Sur.

¡Y nos vamos a la Peninsula de Baja California!

¡Y nos vamos a la Peninsula de Baja California!

Zarpamos el 22 de julio. El trayecto fue más o menos confortable, pero no barato: MX$1100 pasaje por persona, más MX$500 por las dos bicicletas. Para estándares mexicanos bastante caro, pero razonable.

Y con respecto al viaje en si:
1.- Como el ferry zarpa cerca de las 18 horas, el pasaje incluye una cena, pero la fila es eterna, así que esperamos hasta el último llamado para ir a comer (cenamos cerca de las 10 PM).
2.- Las bicicletas quedan en el primer nivel, que es un estacionamiento, y como hace mucho calor allí, aconsejo tomar todo lo que se necesita de una pasada antes de que el ferry zarpe.
3.- El aire acondicionado dentro de la zona de butacas (zona habilitada para dormir) es débil, y decidimos tomar las colchonetas y dormir en uno de los pasillos. Hay suficiente espacio por eso creo que nadie nos echo.
4.- El viaje dura aproximadamente 12 horas, pueden llevar agua y comida (las cuales cuestan un 30% más que en tierra firme), pero consúmanla con distancia de los guardias (el ferry tiene mucha alfombra adentro, por eso se prohíbe).
 


México: parte I

30 de abril del 2016, día crucial. Día de entrada a México, país desconocido pero añorado en nuestras visiones dentro de la calurosa Centroamérica. Pasar por la aduana de Talismán, Chiapas, no fue para nada como en los países centroamericanos. Primero, pasamos la revisión usual donde tuvimos que abrir nuestras alforjas, e incluso la bolsa de la carpa. Molesto para nosotros pero siempre necesario para las autoridades. Aprobado nuestro estado como ciudadanos medianamente decentes para ingresar al país, fuimos a buscar el sello de entrada en la oficina de migración, donde nos enteramos de la Forma Migratoria Múltiple (FMM), un documento obligatorio para permanecer por 180 dias en México por tan solo 390 pesos. Este sencillo pero importante salvoconducto, que consiste en solo un papel, puede ser pagado a la salida o entrada del país. Nosotros optamos por pagarlo en la partida, ya que en caso de extravío del original se debe pagar el doble (ya escuchamos de un cicloturista gringo que paso por esta situación).

Pasada la aduana nos dirigimos a Cacahoatán, Estado de Chiapas, con nuestro primer Warmshowers desde El Salvador y el primero de una buena racha de anfitriones mexicanos con esta red social. Recibidos con la calidez que caracteriza a tantos mexicanos nos quedamos un par de días, definiendo el recorrido y buscando futuros anfitriones en la ruta. En casa de Samuel también coincidimos con otro huésped: Hugo, un cicloviajero chihuahueño, quien nos entrega información valiosa sobre algunas rutas a seguir.

Definida la trayectoria nos vamos por la ruta 200, por el litoral de Chiapas, rumbo a Oaxaca. Por varios días nos acompaño el calor y la humedad, con algunos chubascos fuertes entrada la tarde, dado el inicio de la temporada lluviosa.

20160506_185220

Descripción gráfica de la sensación térmica en la costa de Chiapas.

 El contraste con Centroamérica se comienza a notar en el estado de las carreteras y el tipo de urbanización: en México notamos que la gente tienda a agruparse en pueblos en vez de construir a lo largo del camino. Esto nos permite mayores posibilidades de acampar. Y no solo el descanso mejora, también los gustos gastronómicos, ya que aparecen las Cocinas Económicas con la famosa “Comida Corrida”, con almuerzos muy ricos desde 30 pesos mexicanos (unos US$ 1,50). Por experiencia les puedo decir que los precios van en aumento al avanzar hacia el norte.

Iglesia Luz del Mundo alcanza su resplandor con este edificio en Tapachula, Chiapas.

Iglesia Luz del Mundo alcanza su resplandor con este edificio en Tapachula, Chiapas.

El calor se nota hasta en la cara.

El calor chiapaneco se nota hasta en la cara.

Y hablando de comida: pedalear a lo largo de este camino fue una gran oportunidad de glotonear a diario deliciosos y maduros mangos ¡gratis! Tanta abundancia que hasta las vacas se volvían locas por estas frutas, volviéndose nuestra competencia cuando se trataba de conseguir los mejores ejemplares…de mangos.

Y aunque las ventajas de viajar por tierras cálidas trae jugosos frutos, llega el momento de tomar la ruta 190 hacia el sector de La Ventosa, en el Istmo de Tehuantepec, para comenzar a ascender a la Sierra Madre del Sur, específicamente a Oaxaca. El nombre de La Ventosa no es por casualidad, allí se encuentran cientos de turbinas eólicas por una buena razón: el viento lateral es poderosisimo, pero tuvimos suerte al pasar, ya que no sufrimos ninguna caída, como a muchos ciclistas les ha pasado.

Sylvain luchando con Eolos. La Ventosa, Oaxaca.

Sylvain luchando con Eolos. La Ventosa, Oaxaca.

-

Presa Benito Juárez, Oaxaca.

El primer día del ascenso coincide con la bienvenida a la 4ta decada de Sylvain. Sin tiempo y lugar para celebrar, optamos por comprar algunos dulces para aminorar una posible crisis de la edad mediana y nos entregamos con toda nuestra energía a la jornada.

Entrando a la Sierra los días comienzan a hacerse más frescos. En todo nuestro ascenso a la ciudad de Oaxaca, solo un día tuvimos tormenta. El paisaje cambia con apariciones de bosques y plantaciones de agave, nada de raro para un estado reconocido por su mezcal. Este destilado no fue de nuestro gusto y en palabras de Sylvain «el mezcal sabe a cenizas destiladas de asado», sin ofender a los fans..

-

Devoción al estilo mexicano.

-

Camisa mojada, prenda perfecta para combatir el calor.

Colinas de Agave, en ruta 190. Oaxaca.

Colinas de Agave, en ruta 190. Oaxaca.

Con respecto a los terrenos para acampar, encontrar un lugar lo largo de la ruta 190 se hace más sencillo, ya que hay menos cercos. En general los campesinos son amistosos o simplemente no les importa que traspases su propiedad, sobre todo si es para dormir o detenerse para comer. Prueba de esto fue cuando tuvimos que acampar a un costado de un camino a una casa porque esa tarde nos pillo la tormenta. Cuando ya teníamos la carpa instalada con nosotros adentro, pasa una camioneta con una familia por el camino (obvio que dejamos espacio para el transito, ¡tan weones no somos!). Al detenerse pensamos que nos iban a echar en plena lluvia, por el contrario, nos saludaron y que dijeron no había ningún problema. ¡Alivio instantáneo!

-

Vista post-ascenso: siempre una recompensa.

Tortillera en plena faena. Oaxaca.

Tortillera en plena faena, Oaxaca. Si México tuviera una escudo alternativo seria una tortilla de maíz.

Al día siguiente llegamos a Oaxaca (1200 m.s.n.m.), ciudad donde pasamos un poco más de una semana en el departamento de Sol, miembro de WS, que nos dejo al cuidado de su hogar ya que ella se encontraba viajando por Cuba por esos días. A pesar de que nunca la conocimos, nos sentimos muy agradecidos de estar conectados con una persona que deposito tanta confianza en nosotros.

Oaxaca es una ciudad muy bonita, de arquitectura colonial. El acento que pude notar fue en la producción textil indígena, que se nota en los múltiples mercados del centro.

-

Templo de Santo Domingo, Oaxaca.

-

Calle céntrica de adoquines, Oaxaca.

-

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción.

-

Pasillo de un mercado oaxaqueño. Casi de todo a la venta: de articulos de cumpleaños a especias

Además de ser un estado multicultural, ha tenido una activa vida política desde hace varias décadas y encontrarse con una marcha o bloqueo de carreteras y áreas publicas es normal. Para nosotros no fue la excepción, ya que nuestra estadía coincidió con la extendida huelga de maestros opuestos a la reforma educativa, quienes tomaron la plaza y sus calles aledañas como modo de protesta.

Como ciudad capital de estado, también aprovechamos de cambiar finalmente el eje motor de mi bici que llevaba crujiendo desde Colombia (en Nicaragua lo buscamos sin éxito), pero finalmente en Oaxaca encontramos el modelo necesario a un precio decente: 200 pesos, nada de mal pensando que en tierras nicaragüenses nos querían vender uno marca chancho a 10 dólares. A la lista de compras le sumamos una cámara fotográfica nueva y una tarjeta SIM (compañía Telcel) para el teléfono, que facilitaría la comunicación con nuestros anfitriones mexicanos y el acceso al pronóstico del tiempo. Destaco que la tarjeta vale solo 50 pesos y por 100 pesos más tienes telefonía ilimitada e Internet para todo un mes. Primera vez que invertimos en una tarjeta SIM y les digo que vale la pena si planean quedarse al menos más de dos meses en México.

Además mandamos a confeccionar finalmente dos gorros legionarios para protegernos del Sol y termine de escribir sobre el cruce del Darién, que creo que fue para mejor esperar a que mi ira decantará antes de explicar lo que nos paso.

Con todo esto realizado, nuestra estadía en Oaxaca dio paso a otros rumbos cercanos de la ciudad de México, específicamente a Metepec, trayecto que nos tomaría 8 días en concluir.

-

Encuentros cercanos: Pedro, cicloturista de Guadalajara https://www.facebook.com/GodinAlManubrio

En esta parte del viaje, el clima comienza a mejorar bastante en relación al sur de México: tuvimos algunas tormentas entrada la tarde durante los tres primeros días y luego casi nada hasta Ixtapán de la Sal, Estado de México. Mayormente tuvimos suerte evitando quedar muy mojados poniendo la carpa a tiempo o refugiándonos bajo un techo. Fue buena idea tener internet en el teléfono, el acceso al pronostico climático fue crucial.

-

Un ejemplo de berma.

-

Ex- Convento de Santo Domingo de Yanhuitlán. Ruta 190, Estado de Oaxaca.

-

Un antiguo camino nos brinda el espacio para refugiarnos de la tormenta que viene.

-

Y así como hay berma, también se va.

Las dificultades de esta parte del viaje fueron casi las mismas que entre La Ventosa y Oaxaca: caminos con relieves y casi nada de berma, aunque el trafico fue suave y con moderación por parte de los conductores, brindándonos siempre algo espacio.

En general los paisajes iban desde medianamente montañosos a valles semi-áridos. Escenas bonitas y poblados esporádicos, con algunas algunos puntos más destacados como en algún lugar del estado de Puebla, donde pasamos por una zona con cactus gigantes (si no me equivoco de la especie Pachycereus weberi).

img_0064

IMPRESIONANTE.

Al irnos acercando al estado de México, vamos tomando caminos rurales de menor trafico para alcanzar áreas montañosas más vacías. Esta decisión de itinerario fue genial, pedalear por aquí fue muy agradable aunque bastante deportivo.

Zapata siempre cuidandonos.

México es Zapata.

Cerca de Jonacatepec, Morelos.

Cerca de Jonacatepec, Morelos.

Algo que llamo nuestra atención en este trayecto fue una zona, en la Ruta 95, cerca de las Grutas de Cacahuamilpa, en la que un ricachón (sin pudor de mostrar su riqueza) construyo varias edificaciones con aspecto de castillo, con un incluso un avión privado. Además de construcciones, esa noche nos topamos con unas viejas conocidas: vinchucas, buen motivo para revisar si la carpa quedo bien cerrada durante la noche. Aunque esto fue una preocupación, fue solo por ese día ya que nos los volvimos a ver en todo México.

-

No era un espejismo, ¡si tenia un avión!

-

En la ruta 55, Guerrero, hacia las Grutas de Cacahuamilpa.

-

Sigilosa pero (posiblemente) peligrosa.

-

Por acá no esperaron a que la muni se rajara con ciclovias. Ruta 55.

-

No se deje engañar, eso es orgullosamente sudor. Cerca de El Mogote, Sierra Madre del Sur, Guerrero.

En general, desde que salimos de Oaxaca, acampar paso de ser fácil a complicado a medida que nos íbamos acercando al centro de México, conformado por el Distrito Federal y los estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala. Al aumentar la dificultad para encontrar un sitio para acampar, entramos a áreas cercadas e incluso nos arreglamos para dormir en una vivienda abandonada, la noche anterior a nuestra llegada a Metepec (2620 m.s.n.m.), donde nos esperaba nuestro anfitrión, Guillermo y familia. De vez en cuando es bueno llegar a un hogar.

-

El maíz, símbolo de las fértiles tierras del centro de México. La planicia indica que queda poco para Metepec.

Recorrido descrito en este articulo.

Recorrido descrito en este articulo (del 30 de abril al 4 de Junio,2016, incluyendo los dias de descanso).