Nos fuimos de Huánuco el 2 de diciembre rumbo a Pucallpa, donde tomaríamos el barco que nos llevaría a Iquitos.
Ok. Aquí entramos a la parte que necesito explicar. Buscamos información en Internet sobre embarcaciones que fueran desde Pucallpa a Iquitos, y todo indicaba que la mejor apuesta era la empresa Henry, con un costo de 360 soles por una cabina en el barco (hay dos camas estilo camarote), con baño incluido y electricidad entre las 6pm y 6am. También 3 comidas diarias, pero no incluye líquidos. Viajar en hamaca es más barato, pero no se tiene ni privacidad ni seguridad; consideren que es un barco que traslada unas 200 personas durante 4 dias por el rio Ucayali. Finalmente, por las bicis nos cobraron 80 soles, es decir, 40 soles cada una, las cuales van almacenadas en el compartimiento del 1er piso del barco.
El gran problema de usar esta empresa, que creo que tiene el monopolio del trasporte Pucallpa – Iquitos, es que el día y la hora de partida no son exactas. Fuimos el lunes 7 de diciembre a hablar con el encargado, y nos dijo que el barco se iba el miércoles en la mañana. Al día siguiente volvimos a preguntar, y nos responde que se va el martes, a eso de las 6pm, pero que todo depende de la autorización del puerto por la carga que llevan. Ok, con esto más o menos entendido, nos decidimos a volver el miércoles al alba a embarcarnos. El puerto de este barco, no tiene muelle: todo el acceso de los pasajeros y carga se hace a través de rudimentarias tablas de madera de 40 cm de ancho, no antes de pasar por una entrada lodosa donde más de algún pasajero se cayó. Si alguien se decide a embarcarse con una bici, ojala no vayan solos. No hay forma de entrar al barco con la bici cargada, y alrededor de la embarcación rondan muchas personas, que trabajan en su mayoría, pero muy probablemente hay varios que esperan algún despistado para robar.
Como el barco no se cargaba completo, tuvimos que esperar hasta el día jueves a las 4pm para que comenzará a moverse. Ya con éste en movimiento, nos empezamos a dar cuenta del tipo de pasajeros que se encontraban allí: el que escucha mucha a todo volumen con su teléfono sin ninguna empatía por el que quiere silencio (aunque uno le pide que baje el volumen), el que no tiene ninguna entretención más que mirar el rio, el que te queda mirando por ser diferente, etc. Dada la duración del viaje, usamos el tiempo para leer, escribir para nuestras paginas, conversar, o simplemente reírnos de las circunstancias de estar encerrados con muchos personajes que evitaríamos sino fuera por el hecho que ya estamos encerrados en el barco. En particular, nos desagrada un hombre que trata y trata de hablar francés con Sylvain, aunque claramente no sabe. Su patético intento solo hace que mi partner lo ignore durante todo el viaje.
Llegamos a Iquitos el domingo 13 de diciembre a las 9.30 pm, nuevamente no hay muelle. Toda la descarga se hace con las mismas tablas. Nos vamos con precaución nuevamente porque hay mucha gente a la espera, y en cualquier descuido alguna de nuestras posesiones podría ser sustraída. Acá tengan cuidado, habrán personas que querrán ayudarlas, pero no lo harán. Cuando bajamos con todas nuestras alforjas, noto que detrás mio hay un hombre tirando de una. Pudo haber tratado de ayudarme, pero si no me pide permiso, no esperen que confíe en él. En fin: todo sale bien y partimos a Iquitos a un hospedaje. Ahora a planificar la ida a Ecuador.
Para ir a Coca, Ecuador, tomamos 3 embarcaciones:
1ra- Desde Iquitos a Indiana. Precio igual a 26 soles por nosotros dos más las bicis. Los botes salen todos los días desde el puerto de Productores en Iquitos, con una entrada malisima para bajar las bicis. Son solo escaleras y con una pendiente considerable (yo me resbale con la bici, resultando con un moretón en la nalga). Nuevamente, aquí llamamos a ser precavidos; desde donde salen los botes hay mucha gente y los robos, dicen allí, son comunes.
Entre Indiana y Mazán, pueblo desde donde sale la segunda embarcación, hay un camino asfaltado de aproximadamente 3 kilometros, similar a una ciclovia con subidas y bajadas. Solo circulan mototaxis.
2da– En Mazán comienza el rio Napo. En este pueblo sale un bote rápido que va una vez a la semana a Pantoja, con una parada en Santa Clotilde. Nosotros salimos el viernes 18 de diciembre a las 9am. Este viaje dura dos días y cuesta 200 soles por persona, y por las bicis nos cobraron 100 soles. Incluye hospedaje en Santa Clotilde y comida, aunque no mucha. DATO IMPORTANTE: Como esta embarcación sale solo una vez por semana, hay que hacer reserva por teléfono. Esta información la pueden encontrar en la Oficina turística de Iquitos, al igual que otro tipo de combinación para llegar a Coca, aunque la que hicimos nosotros es la mas rápida (en teoría).
3era- Ya en Pantoja, pueblo fronterizo amazónico y ultimo sitio peruano de nuestro viaje, buscamos un bote que fuera a Cabo Rocafuerte en Ecuador, donde se encuentra la oficina de migración. Encontramos una embarcación llamada “Gaviota”, que nos traslada hasta el lugar mencionado y luego hasta Coca, ciudad ecuatoriana donde esperamos encontrarnos nuevamente con el camino.
El traslado Pantoja- Rocafuerte cuesta US$5 por persona y por las bicis no nos cobran, además el viaje dura 2 horas. Y el recorrido Rocafuerte-Coca cuesta US$15 por persona más US$5 por bicicleta, y dura aproximadamente 12 horas de viaje. No incluye comida, pero los dueños de la embarcación nos dejan dormir en el barco, cuando este hace la parada en Rocafuerte. Lo cual es ideal, ya que así podemos cuidar nuestras pertenencias y nos ahorramos tiempo, al no tener que preocuparnos de llegar a las 5am al día siguiente, hora en que el barco sale a Coca.
Al llegar a Rocafuerte, Ecuador, nos dirigimos a la oficina de Migración y comenzamos a notar las diferencias con Perú: no más mototaxis ni música fuerte en todos lados, pero las diferencias de precios se hacen notar con el uso del dólar.
Este relato esta resumido en esta imagen. La linea verde indica transporte en rio, y la roja en bici.
Al mirar esto nos da un poco de vergüenza, y sentimos que hicimos trampa. Pero la experiencia de viajar por Amazonas en barco, es algo que no nos arrepentimos de hacer, aunque quizás no es lo mejor para la economía del viaje ni para la tranquilidad mental.
Con toda la información brindada, ahora a ustedes les toca decidir. ¡Buen viaje!
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