Archives: 29 de noviembre de 2015

De Arequipa a la capital, Lima.

Como es de esperable el camino desde Arequipa hacia el mar va en descenso, en su mayoría. La parte que va de ruta 30A hasta el cruce con la Panamericana (ruta 1S) es escarpado y nos topamos con varios ciclistas que aprovechan el sitio para entrenar. Hay bastante trafico de buses, pero la berma, aunque estrecha, permite una circulación fluida.

Saliendo de Arequipa por la ruta 30A.

Saliendo de Arequipa por la ruta 30A.

En la Panamericana.

Primeras vistas de la Panamericana.

Unos cuantos kilómetros antes de Camaná las nubes se presentan hasta formar una densa neblina en la tarde que nos obliga a protegernos del agua que se deja caer. La niebla es tan densa que no se ve el camino a 40 metros. A la mañana siguiente el panorama sigue igual hasta que descendemos a la costa, donde el cielo se despeja bastante.

La neblina costera se aproxima.

La neblina costera se aproxima.

Y con esa neblina un poco se vegetacion silvestre se aprecia entre las dunas.

Y con esa neblina un poco de vegetación silvestre se aprecia entre las dunas.

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La niebla mañanera.

Entrando a la panamericana y la sensación de incertidumbre se nota, a pesar de que tomamos la decisión de viajar por acá con bastante cautela y conocimiento. Entonces ¿por qué seguimos pensando con duda sobre esta opción? Tomamos el camino mas transitado del Perú a cambio de estabilidad climática (en la medida de la posible) que entrega el estar al lado del mar, dejando de lado los bellos paisajes de la Sierra Peruana, de los cuales casi todos los ciclistas que hemos conocido nos habían contado, sin dejar de lado el hecho que estos caminos son muy difíciles. Pero en fin, a veces es necesario avanzar con vistas repetidas pero con un poco de seguridad (repito, en la medida de lo posible), a tener quizás la posibilidad de apreciar bellos paisajes tapados por nubes y/o lluvias, que oscurecen todo, incluso el espíritu del cicloturista mas aguerrido.

"Hola! Soy el asfalto de la Panamericana. Te daré estabilidad en tus movimientos, pero no te aseguro que estaré limpia" Con este clavito nos recibe Camaná, primera ciudad en nuestro trayecto costero.

«Hola! Soy el asfalto de la Panamericana. Te daré estabilidad en tus movimientos, pero no te aseguro que estaré limpia».  Con este clavito nos recibe Camaná, primera ciudad en nuestro trayecto costero.

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A las afueras de Camaná comenzamos a ver las ventajas de la mezcla del cálido y más estable clima que entrega el mar, y los ríos que cruzan el camino.

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En el camino desde Camaná a Lima, este tipo de vista se repite varias veces: entre sustratos arenosos y rocoso, un río se abre paso formando una quebrada donde el verde predomina.

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Y de nuevo…

Nuevamente...

Y de nuevo…

La decisión sigue en pie y solo nos queda avanzar hacia el norte con el mar a nuestro lado, aguantando los incesantes bocinazos de vehículos que insisten en meter ruido, cuando hay suficiente espacio para todos. En realidad nunca supimos si los bocinazos eran para saludar o para avisar que nos moviéramos. Sin embargo, esta acción sencilla pero molesta se vuelve muy común en la panamericana, así como en muchas ciudades que hemos visitado en Perú. Camiones, autos y buses lo hacen. Parece que en vez de disminuir la velocidad, los chóferes prefieren tocar la bocina. Y en la ciudad, incluso la usan para llamar tu atención por si necesitas un taxi o lo que sea. Definitivamente, algo que no extrañare cuando me vaya del país.

Y fuera de la monotomia, podemos ver a una familia de delfines.

Y fuera de la monotonía, podemos ver las aletas dorsales de una familia de delfines.

El infaltable faro.

¿Que sería de un viaje por la costa sin ver un faro?.

Después de un par de días descansando en Chala, seguimos el rumbo y conocimos cerca del sur de Nazca a Jamie, un viajero escoces que se traslada corriendo desde Canadá con destino a Buenos Aires. Luego de hablar por varios minutos nos despedimos. Conocerlo rompió la ansiedad que hace días me aquejaba -incluso llegue a pensar en volver a Chile- y me entrega motivación para seguir.

Praderas verdes, un microclima en el norte de Chala.

Praderas verdes, un microclima en el norte de Chala.

Con Jamie, el "Forrest Gump" escoces.

Con Jamie, el «Forrest Gump» escoces.

Arenamiento total: otro proceso muy tipico de viajar por la Panamericana peruana.

Arenamiento total: otro proceso típico de viajar por la Panamericana peruana.

En la foto no se nota, pero ese auto que esta en la pista es parte de una carrera de autos que presenciamos antes de Nazca. Si! Una carrera de autos autorizada en plena Panamericana.

En la foto no se nota, pero ese auto que esta en la pista es parte de una carrera de autos que presenciamos antes de Nazca. Si! Una carrera de autos autorizada en plena Panamericana!

En Nazca nos detenemos por un día para dejar descansar mi sistema digestivo. Los casos de diarrea para ambos se hacen cada vez mas comunes en Perú, pero nada que un buen reposo y una dieta vigilada no puedan resolver. Días después en Lima me dare cuenta que esto no es suficiente…

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A falta de viaje en avioneta, buena es la foto con el letrero.

Y asi, piolita al norte de las lineas de Nazca, se pueden ver Geoglifos de Palpa. Definitivamente, Peru es el pais para estudiar arqueologia.

Y asi, piolita al norte de las lineas de Nazca, se pueden ver los Geoglifos de Palpa. Definitivamente, Perú es el país para estudiar arqueología.

Afiches de Corridas de Toros. Me entero de esta forma que acá es legal la tauromaquia.

Como en otros paises de Latinoamérica, la tauromaquia también se permite en Perú.

Los rumores son ciertos. Michelin y yo hicimos la misma dieta.

Parece que Michelin hizo la misma dieta que yo.

Los dias avanzan y nosotros también, y el 21 de octubre llegamos a Ica, capital del departamento con el mismo nombre. Su clima es seco y cálido, haciéndolo propicio para el cultivo de la vid, y es en las cercanías de esta ciudad donde se fabrican los mejores piscos de Perú, según los locales.

Es también en Ica donde nos recibe Berly, quien nos hospeda durante 3 noches en su casa en el distrito de Parcona, en una zona residencial tranquila y alejada del trafico, es decir, sin bocinazos constantes. Uff!

Con Berly en Ica.

Con Berly en Ica.

Después de este descanso seguimos por la panamericana camino a Lima. Debo destacar que el tramo entre Ica y Lima es muy poblado y con muchos cultivos, por lo que acampar se hace bastante difícil. Pero la alta presencia de plantaciones tiene un punto de vista muy bueno: los precios de las frutas de la zona son bajos, sobre todo de los plátanos y pepinos dulces (pepinillos les dicen acá). Estos últimos son difíciles de encontrar en mi ciudad, así que aprovecho varias oportunidades para comerlos.

Como decía antes, encontrar un lugar para acampar es TAN difícil que el día antes de llegar a Mala no nos queda otra que instalarnos al lado de una antena de celular, cuya alarma se activo a las 3 AM, muy probablemente por los jotes que se posaban sobre ella.

Con el descanso interrumpido, partimos bien temprano la mañana siguiente a Mala. Hacemos el esfuerzo de pedalear 80 km ese día para evitar volver a acampar en tan malas condiciones, y esperando que nuestra anfitriona, Lula, no se moleste porque llegaremos un día antes a su casa. Resulta que ella nos recibe sin ningún problema, y pasamos 4 noches en su alojamiento. Si, leyeron bien. Lula da hospedaje gratis por medio de Warmshowers a ciclistas, pero su negocio es un alojamiento. Es por ello que quiero destacar lo solidaria que es Lula con los cicloturistas. Nos trato como reyes, hasta nos prepara unos piscos sour que le hacen justicia al origen de este destilado.

Con Lula en Mala.

Con Lula en Mala.

Para nuestra sorpresa, también ella nos consigue un alojamiento al sur de Lima, con unos hermanos ciclistas llamados Roxi y Eduardo Vasquez en Surco, quienes el 30 de octubre nos reciben con los brazos abiertos y con deliciosas comidas, así como interesantes conversaciones en torno al tema ciclístico.

Roxi trabaja para la municipalidad de Lima con la organización CICLOLIMA, que abre espacios para el transporte no motorizado en esta ciudad.

También en su casa conocemos a Moisés, otro ciclista limeño, fundador de la comunidad Peru Riders”, que organiza viajes en bici a diferentes parte del país, varios de los cuales han hecho junto a Roxi y Eduardo.

Luego de una tranquila noche de sueño, a la mañana siguiente y gracias a la orientación de Roxi, Eduardo y Moisés, nos dirigimos a Pueblo Libre, donde nos espera Francisco. Recorremos parte de la costanera y apreciamos la presencia de ciclovias en la ciudad.

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De izquierda a derecha: Roxi, Luz, Sylvain, Eduardo y Moisés, en la costanera de Lima. Créditos para Moisés por la foto.

Ya donde Francisco, un cientista político/ instructor de yoga y ciclista, conversamos sobre muchas temas de actualidad y personales, y aprovechamos la ubicación para comprar repuestos de bici en la calle Emancipación, donde existe una amplia oferta de partes de bicicleta.

Quiero destacar a Francisco, porque a pesar de tener poco espacio para hospedarnos, aun así nos dijo que si a quedarnos con él. Eternamente agradecidos de ti, Fran!

Con Francisco afuera de su hogar.

Con Francisco afuera de su hogar.

Nuevamente nos movemos de lugar («en la variedad está el gusto»). El lunes 2 de noviembre nos vamos al departamento de Mathilde en Magdalena del Mar. Ella es una estudiante de intercambio, originaria de la Isla Reunión (departamento de ultramar francés al lado de Madagascar). Este lugar había sido visitado por Sylvain ya dos veces cuando estaba en sus veintes. Es por esto que estaba muy interesado en conocer a Mathilde, ademas del hecho de que podrían hablar en francés sin problemas (Sylvain ya llevaba casi un mes sin hablar su lengua materna).

Con Mathilde en su departamento.

Con Mathilde en su departamento. ¿Quien diría que un día podría estar sentada en la misma mesa compartiendo con una reunionés y un parisino en Lima? 🙂

La estadía con Mathilde y sus compañeras de piso españolas (Clara y Iciar) sale como esperábamos. Mathilde es muy inteligente, curiosa y nos hace sentir como en casa desde el principio. También nos dejo quedarnos un día mas de lo esperado porque, como les mencione en unos párrafos antes, mis problemas estomacales volvieron, a pesar del descanso y la dieta. Tanto así que fui al hospital de la Solidaridad para que el medico de turno que hiciera algun examen. Bueno, resulto que la medica gastroenteróloga no me quiso hacer ningún examen, a pesar de que levaba 4 días con diarrea y malestar, porque no tenia fiebre. Me recetó un montón de cosas solo para consolidar el estado de la caca (!), y solo antibióticos si tenia fiebre. Al final no le hice caso, y seguí el consejo de mi prima Ana, que también es Medico con especialidad en infectologia, pero en Buenos Aires. Me tome el medicamento Ciprofloxacina de 500 mg cada 12 horas por 5 días y me mejoré! La médica peruana me dio a entender que me había hecho mal la comida por los aliños (!), pero creo que no es posible hacer un diagnostico verdadero si no se tiene un examen adecuado. En resumen, gastamos 2 lucas y una espera de 3 horas para una atención de 5 minutos y un examen que nunca se realizo, para terminar siguiendo las recomendaciones de una médica que ni siquiera me vio y que esta a miles de kilómetros de distancia.

En general, nuestra estadía en Lima fue bien provechosa, conocimos gente espectacular, y hicimos todos lo tramites que teníamos pendientes para hacer en una capital.

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Atardecer en la nublada Lima.

Y así se pasaron volando mas de 1000 kilómetros desde Arequipa. Cumbia y fuera.


De La Paz hasta Arequipa, Perú.

¡Nos vamos de La Paz! 12 días fueron suficiente para nuestra estadía allí. Y salimos de la ciudad en compañía de los franchutes en tandems; otras dos parejas que como nosotros también sellaron su vinculo de amor con un viaje a punta de pedal.

Para llegar a El Alto es necesario salir por la autopista y para nuestra fortuna, el 20 de septiembre hubieron elecciones del departamento, por lo que había menos trafico del usual para un día domingo. Así que con las pistas con trafico de ciclistas, skaters y algunos corredores (“runners” para los siuticos) llegamos al mediodía a El Alto, donde los seis tuvimos nuestro ultimo almuerzo juntos y nos despedimos, ya que los chicos partían hacia el sur, a recorrer la ruta que hicimos por el altiplano Chileno.

Un momento de descanso. Subir la autopista de La Paz a El Alto puede que no sea tan dificil como otras rutas, pero despues de varios dias de descanso el cuerpo pide un relax.

Un momento de descanso. Subir la autopista de La Paz a El Alto puede que no sea tan difícil como otras rutas, pero después de varios días de descanso el cuerpo pide un relax.

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De izquierda a derecha: Alexine, Bastien, Sylvain, Laetitia, David y Luz, disfrutando de los últimos momentos juntos antes de separar nuestros caminos.

Ya en la Ruta 2 el camino se diversifica en varias direcciones, dada la variedad de destinos turísticos alrededor del Titicaca. Pero en Huarina tomamos la ruta 16. En Achacachi probamos algo que muchos ciclistas nos habían comentado, dormir en un alojamiento (de 10 a 15 bolivianos por persona), ¿qué tan malo podría ser? Tomamos la pieza y fue una pésima inversión de dinero: era un basural, no tenia donde enchufar nada y el baño era una mierda -casi literal- ya que no se podía tirar la cadena. En resumen, pagamos solo por tener techo y un poco de agua (no potable), pero incluso para ser tan barato no lo valía.

Una postal no tipica. Un hombre ebrio por el alcohol medicinal (lo vi tomar un par de sorbos en frente a mi) molesta a Sylvain en lo que creemos es quechua. Lamentablemente, el consumo de este tipo de alcohol en Bolivia parece ser más comun de lo que parece.

Una postal no tipica en Achacachi. Un hombre ebrio por el alcohol medicinal (lo vi tomar un par de sorbos en frente a mi) molesta a Sylvain en lo que creemos es quechua.Lamentablemente, el consumo de este tipo de alcohol en Bolivia parece ser más común de lo que parece.

Al día siguiente, el viento soplaba con fuerza y ante el escaso espacio para acampar cerca de Carabuco, comenzó la búsqueda por un lugar. Finalmente, conocimos a un abogado, que resulto ser un fiscal con influencias en los lugareños, consiguiendo un salón en una radio local donde dormimos bastante bien.

¿Che Guevara? ¿Que te pasó?

¿Ernesto, qué te pasó?

Una cancha de pasto sintetico resalta en medio del verde natural.

Una cancha de pasto sintetico resalta en medio del verde natural.

Camino a Puerto Acosta comienzan aparecen plantaciones de Pino y Eucalyptus, no precisamente algo que se espera ver por estos lados. Aun asi la ruta por el lado norte del Titicaca es poco congestionada, por lo que apreciar el paisaje humano y natural es bastante mas agradable que por el lado sur, zona de turismo y toda la fauna de mochileros. Consideren que por ese lado se encuentra Copacabana, Tiwanaku y el puesto de control de migración hacia el Perú.

Un gobierno no deberia ser representado solo por su presidente.

¿Culto de personalidad o simple promoción?

No, no se entusiasmen. Los lugareños no nos estan dando la bienvenido, solo estan ensayando :(

No, no se entusiasmen, los lugareños no nos estan dando la bienvenida, solo estan ensayando 🙁

Vamos que se puede! Nada nos detendrá!...

Vamos que se puede! Nada nos detendrá!…

Una granizada nos pilla en el camino. Solo queda esperar.

…pero si una granizada. Solo queda esperar.

Titicaca con un cielo totalmente despejado.

Titicaca con un cielo totalmente despejado.

¿Posible erosion del suelo por la tala de monocultivos de Eucalytus?

¿Posible erosión del suelo por la tala de monocultivos de Eucalytus?

Después de Puerto Acosta, y luego de obtener el timbre de salida de Bolivia, entramos por un camino de ripio que nos lleva hasta Perú. Sorprendentemente por este lado no hay puesto de control de migración, y el tramite de obtención del timbre de entrada al Perú se hace en Puno. Se tienen 5 días desde la fecha de salida de Bolivia para obtenerlo o se paga multa. Ni idea cuanto es y como no quisimos averiguarlos empíricamente.

Bueno, volviendo al tema del camino. En Puerto Acosta hacia el oeste comienza el ripio y hay 3 caminos para llegar a Perú. Nosotros tomamos el que esta mas cerca del lago, para así tener mejor vista. Los policías nos dijeron que era difícil pero como somos porfiados nos fuimos por ahí igual. El camino resulto ser al principio bastante inclinado y rocoso, por lo que tuvimos que empujar las bicis al menos 1 km. Luego se transformo en una pendiente aunque con el ripio más compacto, y ya terminada la cuesta se puede ver de nuevo el lago. En toda esta área solo vimos pasar una moto en todo el día, eso indica la dificultad del tramo. Es agradable después de varios días poder apreciar el lago sin escuchar ruidos de fondo, salvo las aves, uno que otro ladrido de perro y algunos niños que nos gritan “gringooo!” o “jelouuu!”.

 

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«Yo no queria posar, pero ya que insistes».

El inicio del camino hacia Peru desde Puerto Acosta. ¿Facil? te invito a hacerlo.

El inicio del camino hacia Perú desde Puerto Acosta. ¿Fácil? te invito a hacerlo.

A los pocos kilómetros divisamos un monolito que indica que llegamos a Perú. Si no fuera por eso no nos dariamos ni cuenta.

Entramos a Peru. A la izquierda de la imagen un monolito que lo prueba. A nuestras espaldas: el lago Titicaca.

Entramos a Peru. A la izquierda de la imagen un monolito que lo prueba. A nuestras espaldas: el lago Titicaca.

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El camino es duro, pero bello y silencioso.

El ripio continua hasta Tilali y luego el paisaje del camino es bastante monótono, pero no menos interesante: se ve el lago, plantaciones diversas, y algunos pueblos con muros tapados en propaganda política para las presidenciales 2017 del Perú.

De vuelta de nuevo al asfato, en Tilali, Perú.

De vuelta de nuevo al asfato, en Tilali, Perú.

¿?

¿?

Pasando Huancané el trafico aumenta y con ello el ruido. Aparecen por primera vez en nuestro viaje los mototaxis: vehículos únicos y con chóferes despreciables en general, muy comunes en Perú, que son conducidos por seres humanos que sus parecen haber reprobado el examen de conducir; usan la bocina para todo y no disminuyen la velocidad si te ven. Si escucha una bocina que no para de sonar en Perú, muy probablemente es un mototaxi.

Camino a Juliaca nos sorprende una tormenta eléctrica con granizo y lluvia. Por fortuna alcanzamos a refugiarnos en una estación de servicio o, como le dicen acá, grifo. Cuando baja la intensidad seguimos el viaje, ya que en Juliaca nos espera Geovanni, dueño de la casa de ciclistas de esa ciudad.

En esa ciudad llegamos un viernes tarde, por lo que no podemos hacer el tramite de migración al día siguiente. Descansamos el fin de semana y acudimos el día lunes a la oficina de migración en Puno. Allí, el hombre a cargo de dar el timbre de entrada a Perú, nos pregunta cuánto tiempo nos queremos quedar, a lo que yo respondo 6 meses (habíamos conocido a unos ciclistas que les dieron ese tiempo, así que lo intentamos). Luego pregunta el porqué necesitamos esa cantidad de tiempo. Le respondo que Sylvain quiere aprender español y que Chile es muy caro para tomar clases (no es talla!). El hombre asiente con la cabeza y pone los timbres en ambos pasaportes. 183 días de permiso para quedarse en Perú.

Volvemos a Juliaca muy felices con el resultado y al día siguientes nos vamos a Arequipa. Después de varios dias pensando que podríamos ir a Cuzco y permanecer en la montaña hasta el norte del Perú, creemos que como se acerca la temporada de lluvia, lo mejor es ir hacia Ecuador por la costa, exceptuando la ruta que va al norte de Trujillo, donde varios ciclistas y mochileros han sido asaltados a punta de pistola en el camino (tenemos fuentes).

Con Geovanni en Juliaca.

Con Geovanni en Juliaca, el dia de nuestra partida.

Para Arequipa usamos el camino de la 34A, donde circulan mayoritariamente buses y camiones. El camino es general no es difícil, salvo cerca de Laguna Lagunillas, donde hay mucho viento y pedalear después de las 4pm fue un suplicio.

Flamenco en la laguna Lagunillas.

Flamenco en la laguna Lagunillas.

Laguna Lagunillas vista desde el tope de la cuesta.

Laguna Lagunillas vista desde el tope de la cuesta.

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Esta es la familia Samo Mamane (falta el padre), quienes nos ofrecieron el patio de su casa para acampar en Crucero Alto. A esta familia quechua, le debemos una noche de descanso en nuestro camino.

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Cuando el camino comienza a bajar, se empieza a ver los nevados Chachani, Misti y Pichu Pichu. El tramo que va desde el peaje de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca hasta Arequipa es 90% de descenso, así que hay que tener los frenos bien calibrados.

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Nublado y todo, igual disfrutando del paisaje.

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Mis amores.

Luego de varias semanas, vemos vicuñas nuevamente. Esta vez en Perú.

Luego de varias semanas, vemos vicuñas nuevamente. Esta vez en Perú.

Valles fertiles en el camino de descenso hacia Arequipa.

Valles fértiles en el camino de descenso hacia Arequipa.

Las cactaceas floreciendo.

Las cactáceas floreciendo.

Llegando a Arequipa. Ninguna novedad con estos letreros.

Llegando a Arequipa. Ninguna novedad con estos letreros.

El viernes 2 de octubre llegamos a Arequipa donde nos hospeda un nuevo miembro de WS. Solo mencionaré que su nombre empieza con M. Este hombre, aunque acepta amablemente a dejarnos dormir en su casa, no nos da la confianza que merecemos. La primera tarde que nos quedamos ahí no nos deja quedarnos solos en su casa, así que tenemos que salir con él al centro hasta las 9pm, a pesar de que estamos muy cansados. En la noche oímos ladrar a su perro mas de una hora, y no lo hace callar. Ok, suele pasar. A la mañana siguiente nos menciona que debe salir a jugar volleyball en la tarde, así que nos quedaremos solos en casa desde las 12pm hasta las 18hrs. Yo le pido si tiene llaves extras para poder hacer nuestros tramites sin que tengamos que dejarlo esperando en su casa, me dice que no hay más. Ok, mucha gente no hace copias de su casa. Lo que no contábamos es que cuando sale en la mañana a hacer sus cosas nos deja bajo llave en su casa. Muy molestos, empezamos a pensar que hacemos. No podemos ni siquiera escalar la reja para salir! Al menos hay internet y logramos hacer funcionar el teléfono de su casa, por lo que comenzamos a buscar una hostal para quedarnos ese mismo día, en cuanto podamos salir de esta “cárcel” donde el nos puso. Hacemos la reserva y esperamos que vuelva para irnos. Cuando llega le explico que nos vamos y que debe aprender a confiar, sobre todo si tenemos referencias siendo huéspedes o anfitriones. En resumen, creemos que como no es ciclista, no tiene NI IDEA de nuestro esfuerzo y necesidades.

Estamos en la hostal por dos noches y el lunes partimos donde otro anfitrión, esta vez de Couchsurfing: Pedro, quien nos recibe con la libertad que buscamos, aunque no conversamos mucho con él.

Llego mi turno de renovar el "look".

Llego mi turno de renovar el «look».

Ya con el cuerpo descansado y la mente un poco inquieta por partir, nos despedimos de Arequipa el jueves 8 de octubre. Hay que comprobar si la Panamericana es tan aburrida como dicen.