Después de un periodo alterado en nuestro modo de vida como pareja -por la finalización de mi máster-, a finales de septiembre del 2023 emprendimos un viaje de dos semanas por los Pirineos. La meta principal fue conocer un poco la parte española de esta cadena montañosa y realizar algunos pasos con dificultad, que se han convertido en infaltables del Tour de France.

Primeros kilómetros de ascenso hacia el paso de Aspin (Col d’Aspin) desde Arreau, departamento de Hautes Pyrénées, Francia.

Paso de Aspin (1489 m.s.n.m.). Este interesante ascenso desde el pueblo de Arreau nos permitió calentar los motores para continuar durante la tarde hacia el mítico Paso Tourmalet, con 2115 m.s.n.m.

Luego de 17 kilómetros de subida – con un promedio de inclinación 7,4% – logramos llegar al paso de Tourmalet (col de Tourmalet). El último kilómetro lo efectuamos bajo la lluvia, lo que nos impidió tomar fotos en la cima. A pesar de ello, el ánimo entibio el frío corporal: haber efectuado este recorrido deportivo con alforjas nos llevó a otro nivel de cicloturismo en Francia.

Duchados y reposados, partimos el día siguiente de Luz-Saint-Sauveur hacia el oeste para realizar dos pasos más: el de Soulor (1471 m.s.n.m.) y el de Aubisque (1709 m.s.n.m.).

Al sudoeste del paso de Soulor, la ruta D918 recorre por unos kilómetros el circo de Litor. Cabe señalar que el sitio corresponde más a un acantilado de piedra caliza, cuya forma evoca a un circo. A pesar de su problema de toponimia, su belleza es indiscutible.

La ruta entre los pasos de Soulor et Aubisque posee algunos túneles que impiden el ingreso de vehículos de tamaño inapropiado. Aunque observamos algunos testarudos que no hicieron caso de los letreros de prohibición, compartimos ruta mayoritariamente con ciclistas y motoqueros.

Como es habitual en Francia, el paisaje de montaña está conformado por extensas áreas de praderas, destinadas a la trashumancia o a la ganadería sedentaria. Vista hacia el Valle de l’Ouzom.

El paso de Aubisque (1709 m.s.n.m.) se encuentra decorado por estas esculturas que hacen referencia al Tour de France: ruta mítica de esta competición.

Sin poder acampar de manera libre, terminamos el día en el camping de Laruns (comuna del departamento de Pyrénées Atlantiques): el día siguiente cruzaremos a España por el valle de Ossau y el paso de Portalet.

En la zona núcleo del Parque Nacional de los Pirineos (Francia) las actividades sustentables son toleradas. Este grupo de équidos pasta sobre las laderas – a más de 1500 metros de altitud – sin problemas.

Durante este viaje, la presencia de cámpers o casas rodante confirman el furor de este tipo de vehículos. A pesar de la toma de conciencia del cambio climático en estas latitudes, la amplia presencia de estos nos hace pensar lo contrario. Vista del paso de Tourmalet (1794 m.s.n.m.) desde España.

Al llegar a España nos espera un largo descenso por la ruta A-136 hasta la intersección con la N-260. Luego de haber colectado mucha agua en el pueblo de Gavin nos adentramos a la búsqueda de camping gratuito. Si bien una ducha luego de una jornada de subir cuestas es bienvenida, un rincón boscoso a veces ayuda más al descanso que la civilización.

Al amanecer continuamos nuestra ruta por España. La duda de pasar por el túnel de Cotefablo (683 metros de longitud) se apacigua al observar el débil tráfico que este tiene más la luminaria presente. Esta se instaló luego de un accidente en 1989 durante la Vuelta de España, que le jugó la perdida de su carrera ciclística a Reimund Dietzen.

Vista de la sierra de Tendeñera desde el sur.

Tras una rápida visita a la ciudad de Broto nos llevamos una agradable sorpresa al ver que el precio de alimentos es inferior al del otro lado de los Pirineos, pero la búsqueda de agua potable es un poco más difícil. Afortunadamente en el ayuntamiento de Broto la encontramos a granel, además de este bello mural que ilustra el mosaico de sus socioecosistemas.

Continuando hacia el este de los Pirineos españoles subimos hasta el camino que nos lleva al cañón de Añisclo, punto turístico del Parque nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Vista del cañon de Añisclo y el pico de Mondoto, Aragón, España.

Antepenúltimo amanecer en España.

El letrero luminoso a la entrada del túnel de Vielha indica la obligación de avisar a la administración antes de entrar. Durante los 6 kilómetros de recorrido dentro del túnel hay un letrero pestañeando cada cierta distancia que indica “Atención: ciclistas en túnel». A pesar de que está muy bien iluminado adentro, es MUY importante llevar elementos reflectantes. Desde España el túnel está inclinado hacia el norte, lo que puede influir en la aceleración de los vehículos más pesados.

Una vez pasado el túnel de Vielha (N-230), un largo descenso hacia Francia serpentea al costado del río Garona, que nace en España pero que está mayoritariamente en tierras galas. Foto tomada a pocos metros de haber pasado la frontera franco-española.

Para acercarnos a casa, usamos la vía verde Foix- Saint-Giron/ Prat-Bonrepaux, antigua via férrea del departamento de Ariège, Francia. En la foto, Sylvain pedaleando sobre el viaducto de Vernajoul.