Tanto Sylvain como yo, pasamos muchos años de nuestras vidas como personas con sobrepeso y esto no fue un impedimento para volcarse al pedaleo de tiempo completo. Claro que al principio duele todo y uno se agota en cada cuesta, pero poco a poco el viaje en si ayuda a sopesar el esfuerzo y los kilos extras desaparecen, tanto así que en el lapso de un año baje 20 kilos, sobre todo en el tramo Colombia-México. Si no hay fecha de regreso, entonces no es necesario entrenar: si se tiene el tiempo, la velocidad no necesita ser prioridad.

Eso sí, yo recomiendo hacerse un chequeo completo, porque no es lo mismo viajar y tener una enfermedad crónica a no tenerla. Siempre hay que considerar que, aunque la vida es una sola, también se tiene que vivir con calidad.

Destaco en este punto que una de mis primeras reflexiones con el viaje en Patagonia -verano 2015- fue que a pesar de tener un cuerpo pesado y batallar años de mi vida con una percepción negativa de mi cuerpo, es reconfortante darse cuenta de que el cuerpo es una herramienta y no un ornamento. Una revelación que deberíamos aprender desde niños.

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Seas delgado o grande, todos tenemos que comer, sobre todo cuando se viaja de esta manera.

En general, nuestra dieta de ruta consiste en avena con azúcar y/o cacao como desayuno, y para almorzar: pan o fideos chinos (como en la foto) con una mezcla que puede ser: arveja o choclo + atún o jurel + mayonesa (en clima frío) + algunas verduras si es posible. Muchos pensaran que no es muy saludable, pero lo que no saben es que en general nosotros no comemos en la noche.

Master chef: edición altiplano.

En algunos países de Latam, como Bolivia, Perú y Colombia, es posible almorzar en algunos restaurantes de pueblo. La verdad es que a veces es más conveniente esta opción por tres razones: se paga menos que comprando abarrotes, se carga menos peso y se ahorra un poco de tiempo en la preparación.

¡Bon appetit!

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La seguridad en la vida es subjetiva. Primero por la formación mental de cada persona, y segundo porque no tenemos control de muchas cosas cuando viajamos. Pero si hay muchas formas de evitar robos, ser precavidos no está de más, sobre todo en ciudades grandes. En este aspecto, viajar de a dos o más personas hace de actos tan simples como ir al supermercado algo más seguro: una vigila y la otra compra. Es importante nunca dejarse distraer, ya que es una técnica muy vieja para robar y muchos han caído ante la aparente simpatía de ciertos lugareños.

Debido a que nos hemos encontrado con varios ciclistas que han sufrido asaltos (o intentos) en el camino, nos abastecimos de un repelente de osos – un spray pimienta muy poderoso. Afortunadamente, no lo tuvimos que usar contra gente.

En tanto a la seguridad vial, hay que evitar las rutas de alta velocidad, aunque es más fácil decirlo que hacerlo en muchos países. Y apoyarse de un chaleco refractante y espejo retrovisor. El resto solo dependerá del estado mental y reacciones de los conductores.

Antes del largo descenso hacia Mocoa, Colombia. Debido a la densa neblina, el chaleco reflactante es de mayor utilidad que otras veces. / Enero, 2016.

MUY IMPORTANTE: cuando acampamos siempre, pero SIEMPRE le echamos candado a nuestras bicis. Si alguien tratase de robarlas, el ruido nos daría al menos un tiempo para poder evitarlo. Lamentablemente, a muchos ciclistas les ha pasado que después de una noche reparadora, su medio de transporte ya no está. 

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Y muy conectado a la seguridad, la pregunta del descanso aterriza dentro de una de las que más nos han hecho durante el viaje. Y claro que tiene sentido, si después de una larga jornada de pedaleo, que mejor que una buena noche de sueño.

Cuando no tenemos la oportunidad de encontrar un anfitrión por medio de CouchSurfing o WarmShowers, usualmente acampamos por el camino, pero cumpliendo 2 condiciones básicas para una buena noche de reparación:

1.- ACAMPAR ESCONDIDOS (o Stealth camping): En este punto nos diferenciamos de muchos viajeros que muchas veces piden permiso para acampar en patios de lugareños, o directamente en la plaza de los pueblos; su argumento para semejante exposición es que es más seguro así. En contraposición, nosotros elegimos estar escondidos, y con esto quiero decir que, en la medida de lo posible, acampar en lugares alejados de viviendas o asentamientos donde gente curiosa puede llevar la noticia de dos visitantes que acampan cerca. Si bien un gran porcentaje de la humanidad tiene buenas intenciones (una hipótesis aún no confirmada), sólo por la escoria humana que ronda en todos lados preferimos mantenernos escondidos o camuflados, sea por una colina, árboles, arbustos o barreras artificiales como murallas, también como casas abandonadas, aunque en general no son tan fáciles de encontrar.

Para cumplir el objetivo de estar ocultos, sirve fijarse en el terreno: si hay señales de fecas de ganado o que el pasto está corto, como también huellas recientes de peatones y alta cantidad de basura; abstenerse de acampar allí, ya que puede que alguien pase esa misma noche o muy temprano en la mañana (con buenas o malas intenciones nadie lo podría saber).

Cuando hay bosques, el verdor ayuda a esconderse mejor de la vista de los conductores y peatones. /Carpish, Perú. Diciembre, 2015.

Además de la seguridad, el hecho de acampar ocultos también trae consigo otro beneficio: el silencio. Nadie quiere tener que escuchar toda la noche una sinfonía de ladridos o querer saber qué gustos musicales tienen los demás.

2.- A PRUEBA DE VIENTO O AGUA: Para encontrar esto es solamente necesario fijarse que el terreno este un poco más elevado que el resto. Si es imposible encontrar esta condición, entonces hacer pequeñas canalizaciones en el suelo (viajamos con una palita) para desviar el agua. Esto puede tomar tiempo, pero créanme, no van a querer tener que evacuar el lugar si se pone a llover en el medio de la noche.

Pero también las barreras artificiales ayudan, sobre todo con la intensidad del viento desértico/ Atacama, Chile. Julio, 2015.

Lo del viento es importante por dos cosas: por el ruido que hace la carpa y por la sensación térmica. Aunque hay sitios donde es imposible escaparse de este factor: como en la pampa patagónica o en el altiplano. Como el viento disminuye la sensación térmica, bloquear este factor hace una gran diferencia en caso de tener que dormir en lugares bajo cero grados Celsius.

Como punto final: nuestra carpa es una MSR Hubba Hubba para dos personas. Es fácil de instalar, liviana y resistente. Nuestra experiencia nos dice que existe en Chile y en Francia. La carpa también se puede usar sin la cobertura en caso de que haya mucho calor, protegiéndonos de los insectos.

Carpa a tono con el entorno. / Salar de Uyuni,Bolivia.  Mayo 2017.

La carpa también se puede usar sin la cobertura en caso de que haya mucho calor, siempre y cuando no llueva o encontremos un techo, como en la foto. / Camino a Quito, Ecuador. Diciembre, 2015.

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